Las practica de posturas (asanas), los ejercicios de respiración (pranayamas) y la relajación junto con la experiencia de la introspección (pratyahara) ejercitan nuestro cuerpo y mente para aumentar nuestra capacidad de concentración. Las asanas nos permiten preparar nuestro cuerpo para mantener una postura por tiempo prolongado y los pranayamas y la relajación despejan nuestra mente de pensamientos para llegar paulatinamente a meditar.
En relación a este tema recurro a una de las grandes maestras del Yoga de todos los tiempos Mataji Indra Devi en su libro “Respirar bien para vivir mejor”, en el que dice lo siguiente:
“El objetivo de la meditación consiste en unir la materia con el espíritu, al hombre, el finito, con lo infinito, la conciencia de sí mismo con la conciencia universal. “
Y más adelante agrega:
“En la meditación no rezamos; solamente contemplamos, hasta que la mente deja de funcionar y el corazón toma las riendas. Sólo entonces podemos comunicarnos con lo Divino.”
Más allá de la explicación que yo pueda intentar transmitir sobre qué es meditar, no existe otra forma de saberlo que no sea haciendo la propia experiencia. La experiencia de meditar es personal. Cada uno llega de manera diferente y a su tiempo; es por ello que es intransferible. No hace falta ningún conocimiento específico para intentarlo. Pero sí mucha práctica, dedicación y paciencia.
En mi experiencia personal, y tratando de traducirlo en palabras, puedo decir que es una sensación de calma y felicidad que no había experimentada anteriormente.
Se dice que la paz del mundo llegará de la mano de la meditación; y suena lógico si logramos conquistar un estado de paz y armonía cada uno de nosotros a través de esta práctica.
Namasté!
En este post encontrá un ejercicio de meditación para empezar con la práctica. Es sencillo y lo puede hacer cualquier persona aunque nunca haya intentado meditar!